Un atracador acompañado por otros cuatro, asesinó de un balazo en la cabeza al dominicano Charles Reynoso Rosario, de 24 años de edad, el sábado a las 5:50 de la mañana, frente al edificio 508 en la calle 166 Oeste del Alto Manhattan, después de robarle una cadena, el celular y dinero en efectivo a uno de los amigos de la víctima. Fue transportado al cercano hospital Presbiteriano de la universidad de Columbia, donde fue declarado muerto. El padre, Francisco Reynoso, dijo que su hijo era un joven serio, responsable y trabajador que la familia quiere que la policía capture a los atracadores y se haga justicia.
“Era un niño que era querido por todo el mundo”, dijo el papá. Las hermanas de Reynoso, Mercedes Fontanez Reynoso, dijo que los parientes exigen justicia terrenal y divina. Otra hermana, dijo que con el asesinato de Charles, los atracadores, se llevaron un pedazo del corazón de cada uno de ellos. Testigos dijeron que Reynoso, enfrentó con una botella al asesino, cuando el atracador se le acercaba, dándole un botellazo en la cabeza. Los investigadores dijeron que los cinco ladrones, escaparon de la escena en un carro que abordaban. Los testigos también dijeron que Reynoso y sus amigos, habían salido del edificio, poco antes del asesinato y que estaban fumando hooka en la acera.
"El hombre armado le robó el reloj, la cadena y dinero y se estaba moviendo hacia su amigo Charles, que cogió una botella y golpeó al tipo en la cabeza", dijo la señora Annie Santiago, tía del muerto. "Fue entonces cuando el pistolero se volvió y le disparó a mi sobrino", añadió. La policía dijo inicialmente que a Reynoso le dispararon cuando dos grupos de hombres discutían entre sí, pero confirmó el sábado por la noche que el asesinato tuvo lugar durante un intento de robo.
El atraco fue captado por una cámara de vigilancia, dijeron los familiares de Reynoso. "Iba a ser su cumpleaños el próximo domingo", dijo la tía mientras contenía las lágrimas. "Va a ser el día del padre. Pero también íbamos a celebrar su cumpleaños". Hablando entre lágrimas, Santiago dijo que su sobrino esperaba abrir una guardería infantil en Brooklyn.
"Él amaba a los niños", dijo ella.
"Lo mataron porque le robaron, y necesitamos justicia", pidió la tía.