El dominicano Víctor Manuel Peña, de 38 años de edad y residente en Nueva Jersey, acusado de secuestrar una mujer en Charlestown, Boston, oró de rodillas, dijo que oye voces, se chupaba un dedo y se declaró suicida y paranoico durante la lectura de cargos el viernes en la corte municipal de esa ciudad de Massachusetts. Peña, según la policía y los fiscales, se encerró en un apartamento en el que retuvo a la fuerza a la mujer identificada como Olivia Ambrosio de 23 años de edad. El presunto rapto ocurrió en un edificio de un complejo de viviendas públicas en la calle Waldorf Way en Charlestown el martes de la semana pasada en la tarde.
Peña, fue detenido el miércoles y procesado el viernes en el tribunal, pero los fiscales dijeron que él estaba fingiendo y exagerando algunos de los síntomas de la paranoia. El expediente alega que cuando los policías llegaron, tocaron varias veces en la puerta, la que Peña se habría negado a abrir y los oficiales encontraron una segunda cerradura, por lo que tuvieron que desmantelarla con un instrumento especial. Agentes de la Autoridad de Viviendas de Boston, también participaron para rescatar a la mujer, que acorde con la policía, tenía cara de horror y estaba temblando y temerosa, cuando los policías entraron al apartamento.
Peña, es también acusado de resistirse al arresto, pero los agentes lograron doblegarlo y esposarlo. Ambrosio, estaba de pie junto a él, llorando y con una expresión de horror en su cara, dijo la policía. Los policías hicieron una búsqueda más en a ver si encontraban otras posibles víctimas y armas en el apartamento. Ambrosio fue trasladada al Hospital General de Massachusetts. En la corte, Peña lloró, inclinó la cabeza, luego miró hacia el techo en varios puntos durante la audiencia, donde una psicóloga de la corte, Jodie Shapiro, describió los resultados de una evaluación que acababa de terminar.
El comportamiento de Peña parecía ser un tanto psicótica y también extraño, dijo Shapiro a la jueza Catherine Byrne. Peña, durante su evaluación, se puso de rodillas en oración, y en ocasiones se chupaba un dedo, se quejó de oír voces, y se declaró con pensamientos suicidas y paranoicos. Shapiro dijo que Peña tiene un historial de uso de medicamentos psiquiátricos. La jueza Byrne acordó enviar Peña al hospital estatal Bridgewater para una evaluación de competencia de 20 días después de escuchar el informe.