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El FBI trata de comprobar la confesión de un asesino que asegura haber matado a 90 mujeres.


Las crónicas de entonces, enero de 2013, ya eran bastante espeluznantes. Un hombre detenido en Kentucky había sido extraditado a Los Ángeles acusado de los asesinatos de tres mujeres. Fueron golpeadas y estranguladas a finales de los años ochenta. Sus cuerpos fueron abandonados en un callejón, un contenedor de basuras y un garaje. Los crímenes parecían tener una motivación sexual. Samuel Little tenía entonces 72 años y fue condenado a tres cadenas perpetuas, con el ADN como prueba. Sin embargo, era solo el principio. Esta semana, el FBI reveló que Little ha confesado a los investigadores 90 asesinatos.

El FBI lleva desde la pasada primavera tratando de comprobar caso por caso el espeluznante relato de Samuel Little, que podría ser uno de los mayores asesinos en serie de la historia de Estados Unidos. Hasta ahora, el asesino en serie con más víctimas oficiales es Gary Ridgway, condenado por 49 asesinatos (él confesó más de 80) en el Estado de Washington en los años ochenta y noventa.

Los crímenes de Samuel Little, de los que ha dado todo tipo de detalles, fueron cometidos en varios estados, desde Florida hasta California, entre 1970 y 2005. Hay docenas de fuerzas de seguridad locales en todo el país tratando de ayudar a desenterrar los datos de aquellos crímenes sin resolver para comprobar la asombrosa confesión de Little.

Samuel Little fue detenido en septiembre de 2012 en un albergue para indigentes en Kentucky. Fue extraditado a California, donde se le buscaba por un asunto de drogas. Según explica el FBI, allí la policía de Los Ángeles comprobó su ADN y se dio cuenta de que era la persona que buscaban desde hacía 15 años por los brutales asesinatos de Carol Alford, de 41 años, Audrey Nelson, de 35, y Guadalupe Apodaca, de 46. Sus cuerpos golpeados habían sido hallados en distintos puntos de la ciudad entre 1987 y 1989.