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Lloraban a un muerto que no era el suyo: Una equivocación desata el caos en funeraria de Nueva York.



La funeraria R. G. Ortiz, entregó el cadáver de otra muerta en vez del de la madre del presidente de la Organización Internacional de Oficiales Dominicanos en Nueva York (FOP- 920), Miguel Paulino, un condecorado sargento de la policía en Mount Vernon y quien esperaba el domingo junto a cerca de 800 personas, iniciar los funerales de su mamá, señora María Altagracia Casto, quien murió el pasado 27 de febrero.

Paulino dijo anoche en entrevista telefónica, que cuando el carro fúnebre de la funeraria Ortiz de la avenida Broadway y la calle 193 en el Alto Manhattan, llegó el domingo en la tarde, con el ataúd blanco, estaba muy seguro que se trataba del cuerpo de su venerada madre, pero se llevó la sorpresa de su vida, al constatar junto a otros familiares, que se trataba de otra muerta.

Después de averiguar en las oficinas de la funeraria por el paradero de los restos de su madre, quien murió a los 80 años de edad y a causa de padecimientos por 26 años de hepatitis y otras complicaciones, Paulino, fue remitido a la oficina central en la calle 149 de El Bronx, donde conversó con el gerente, quien le dijo que fuera a otra de sus funerarias situada en la avenida East Tremont en el mismo condado.


Cuando el oficial llegó allí, casi se desmaya al ver el cadáver de su madre completamente desnudo en un camastro de hierro y ruedas y en turno para ser cremada. Paulino, quien fue reconocido por el presidente Barack Obama en 2012 y nominado al Premio Hombre y Mujer del Año de Diario Libre en 2011, relató que encima de todo eso, en la funeraria, le ofrecieron una ropa de otra muerta para que vistiera el cadáver de su madre, lo que rechazó encolerizado.

Dijo que en la funeraria del Alto Manhattan, hubo que reducir de tres a una hora el velatorio de su madre y que el carro fúnebre fue escoltado por un patrullero de la policía, para contribuir con la llegada a tiempo de los restos. “Cuando encontré el cadáver de mi madre, como Dios la trajo al mundo y tirada así, como una animal, no supe qué hacer”, dijo Paulino en la entrevista y entre sollozos.

“Mi mamá murió el 27, hicimos los arreglos para ponerla en la funeraria el domingo a las 4:00 de la tarde, yo llegué a las 3:00 y no estaba ella, la funeraria estaba llena de gentes, incluyendo al congresista Adriano Espaillat y una delegación del consulado”, explicó Paulino.

“A las 6:30 de la tarde, traen cuatro cadáveres, había una caja blanca y yo pensé que era mi mamá, cuando abro el ataúd, era otra señora con la ropa y en la caja que compramos para mi mamá”, añadió. “Cuando veo esto, salí y fui a la 149 y ahí hablé con el dueño, con Ortiz, quien me dijo que lo sentía, diciéndome que estaba en la funeraria Rivera en la calle East Tremont, me preguntó que yo iba a hacer, le dije que tenía que llevarla a la Ortiz, donde había cientos de personas esperando”, añadió.

Paulino narró que la otra señora murió el 18 de febrero y ya era un cadáver petrificado, por lo que rechazó usar la ropa de esa occisa para ponérsela a su mamá. “Le rechacé la oferta del vestido y cuando llegó a la 149, pregunté dónde estaba mi mamá. La tenían en el sótano, como Dios la trajo al mundo y con temperatura de 120 grados, eso fue deprimente”, dijo el oficial.

“No le habían puesto ni siquiera una toalla para cubrirla. No estaba en un refrigerador, quizás iban a quemar a la otra muerta, pero a mamá la tenían lista para eso y la velamos por una hora, de 9:00 a 10:00 de la noche”, señaló Paulino.

Ella fue sepultada ayer lunes en la mañana en el cementerio de Yonkers. Paulino exige una disculpa, pero dijo que la familia analiza si tomará alguna acción legal, porque hasta el momento la funeraria RG Ortiz, no le ha dado respuestas. No es la primera vez que la misma funeraria cae en esa situación y ayer mismo, varias familias hispanas se quejaron de que los cadáveres de sus deudos, también fueron extraviados, mientras algunos de los afectados amenazaron con demandar.