Nueva York.- Culpable por decenas de cargos por narcotráfico, asesinatos, secuestros, extorsión, lavado de millones de dólares y conspiración, el dominicano Geovanny Rodríguez Pérez (a) “El Chapo” dominicano, fue condenado a cadena perpetua en la Corte Federal del Distrito Sur en Manhattan por la jueza Laura Taylor Swain. Los fiscales dijeron que Rodríguez encabezó una de las organizaciones más temibles y violentas de las últimas décadas, cuyas ramificaciones se extendían más allá de los Estados Unidos, la que dirigía al estilo de los carteles más sanguinarios.
Se le atribuye haber ordenado 20 asesinatos en Nueva York y la República Dominicana y las ejecuciones de quienes consideraba rivales que ponían en riesgo la prosperidad de su negocio.
La fiscalía alegó que los miembros del grupo, denominado “Rodríguez Enterprise”, vendieron grandes cantidades de marihuana, transportaron y lavaron millones de dólares, obstruyendo la justicia y cometiendo perjurio, además de que cometieron delitos por tenencia ilegal de armas de fuego.
Rodríguez Pérez fue acusado anteriormente en relación en la “Operación Veneno Verde”, una investigación de varias agencias de la ley coordinadas por la ICE y el Departamento de Seguridad Nacional, y se anunció su arresto por primera vez en octubre de 2010.
El 7 de junio de 2016, Rodríguez Pérez se declaró culpable ante la jueza Swain de un cargo de conspiración de crimen organizado, y aceptó la responsabilidad por actos ilegales asociadas con esa conspiración, incluyendo nueve asesinatos y 10 intentos de asesinatos en los Estados Unidos y la República Dominicana.
“Por su propia admisión, Manuel Geovanny Rodríguez Pérez es un asesino a sangre fría que es responsable de la ejecución de nueve personas y atentados contra la vida de 10 más”, dijo la fiscalía federal en un comunicado.
Agregó que hoy Rodríguez Pérez recibió una sentencia de por vida tras las rejas, que se asegurará de que no representa ningún peligro adicional para la gente de Nueva York”.
Sus víctimas
De acuerdo con las alegaciones contenidas en la acusación del fiscal, otros documentos que reposan en el registro público y las declaraciones hechas ante el tribunal, Rodríguez Pérez era el líder de más alto rango de una organización de narcóticos que participaba en una amplia gama de actividades delictivas.
Entre los delitos cometidos por Rodríguez Pérez se incluyen el asesinato de Francisco Pérez, el 26 de octubre de 1997, Antonio Kasse, el 13 de diciembre de 1998, FNU LNU o “Carlos Valentín” en el 2000, Noel Herrera, el 29 de diciembre de 2001, Kelly Pérez, el 16 de septiembre de 2002, Marino Molina, el 11 de enero de 2003, y Wilfredo Molina, el 3 de mayo de 2004. Los dos último eran hermanos.
Los Molina fueron rivales de la organización dirigida por Rodríguez y asociados de su primera víctima Francisco Pérez.
Marino Molina fue asesinado por un grupo de sicarios en la República Dominicana cuando asistía a un partido de béisbol, y Wilfredo Molina en su casa de la República Dominicana, en presencia de su hijo pequeño.
Otros asesinatos fueron los de Manuel Rivas, el 29 de octubre de 2005, y el de Richard Cabrera, el 16 de enero de 2006.
A Rodríguez Pérez, la jueza le ordenó pagar $25 millones como sanción por la pérdida, que es la cantidad aproximada de los ingresos brutos percibidos por sus ventas de drogas y extorsión, compra de propiedades en Nueva York, Florida, y la República Dominicana, dinero en efectivo y joyas confiscadas por los agentes del orden.
Estaba preso en una cárcel federal desde el 15 de octubre de 2010, cuando fue detenido después del desmantelamiento de una banda de más de 50 miembros de una red de tráfico masivo de marihuana que transportaban toneladas del cannabis desde Florida y California para su distribución en el área metropolitana de Nueva York desde principios de 1990 a 2010.
Se le atribuye haber ordenado 20 asesinatos en Nueva York y la República Dominicana y las ejecuciones de quienes consideraba rivales que ponían en riesgo la prosperidad de su negocio.
La fiscalía alegó que los miembros del grupo, denominado “Rodríguez Enterprise”, vendieron grandes cantidades de marihuana, transportaron y lavaron millones de dólares, obstruyendo la justicia y cometiendo perjurio, además de que cometieron delitos por tenencia ilegal de armas de fuego.
Rodríguez Pérez fue acusado anteriormente en relación en la “Operación Veneno Verde”, una investigación de varias agencias de la ley coordinadas por la ICE y el Departamento de Seguridad Nacional, y se anunció su arresto por primera vez en octubre de 2010.
El 7 de junio de 2016, Rodríguez Pérez se declaró culpable ante la jueza Swain de un cargo de conspiración de crimen organizado, y aceptó la responsabilidad por actos ilegales asociadas con esa conspiración, incluyendo nueve asesinatos y 10 intentos de asesinatos en los Estados Unidos y la República Dominicana.
“Por su propia admisión, Manuel Geovanny Rodríguez Pérez es un asesino a sangre fría que es responsable de la ejecución de nueve personas y atentados contra la vida de 10 más”, dijo la fiscalía federal en un comunicado.
Agregó que hoy Rodríguez Pérez recibió una sentencia de por vida tras las rejas, que se asegurará de que no representa ningún peligro adicional para la gente de Nueva York”.
Sus víctimas
De acuerdo con las alegaciones contenidas en la acusación del fiscal, otros documentos que reposan en el registro público y las declaraciones hechas ante el tribunal, Rodríguez Pérez era el líder de más alto rango de una organización de narcóticos que participaba en una amplia gama de actividades delictivas.
Entre los delitos cometidos por Rodríguez Pérez se incluyen el asesinato de Francisco Pérez, el 26 de octubre de 1997, Antonio Kasse, el 13 de diciembre de 1998, FNU LNU o “Carlos Valentín” en el 2000, Noel Herrera, el 29 de diciembre de 2001, Kelly Pérez, el 16 de septiembre de 2002, Marino Molina, el 11 de enero de 2003, y Wilfredo Molina, el 3 de mayo de 2004. Los dos último eran hermanos.
Los Molina fueron rivales de la organización dirigida por Rodríguez y asociados de su primera víctima Francisco Pérez.
Marino Molina fue asesinado por un grupo de sicarios en la República Dominicana cuando asistía a un partido de béisbol, y Wilfredo Molina en su casa de la República Dominicana, en presencia de su hijo pequeño.
Otros asesinatos fueron los de Manuel Rivas, el 29 de octubre de 2005, y el de Richard Cabrera, el 16 de enero de 2006.
A Rodríguez Pérez, la jueza le ordenó pagar $25 millones como sanción por la pérdida, que es la cantidad aproximada de los ingresos brutos percibidos por sus ventas de drogas y extorsión, compra de propiedades en Nueva York, Florida, y la República Dominicana, dinero en efectivo y joyas confiscadas por los agentes del orden.
Estaba preso en una cárcel federal desde el 15 de octubre de 2010, cuando fue detenido después del desmantelamiento de una banda de más de 50 miembros de una red de tráfico masivo de marihuana que transportaban toneladas del cannabis desde Florida y California para su distribución en el área metropolitana de Nueva York desde principios de 1990 a 2010.