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La mujer detrás del éxito en la carrera de Romeo Santos.

Quienes han tenido la oportunidad de estar cerca del equipo de Romeo Santos, antes, durante y después de un concierto, la ve caminar de prisa, correr en determinado momento, pendiente de los detalles del artista, y, a pesar de los los escollos que pueda encontrar en el camino, nunca perder la sonrisa. Amelfis Díaz, asistente personal y road manager de El Rey de la Bachata, posiciones que también asumía en el grupo Aventura, no es una improvisada en el mundo del entretenimiento. 

Tiene un largo camino recorrido en oficinas artísticas, como chequeadora, secretaria y booking, hasta alcanzar las posiciones que ocupa hoy día. Con el paso de los años ha logrado poner en práctica en sus proyectos todo lo aprendido en el ambiente artístico.

Hoy, además de sus obligaciones con The King de la Bachata, es una reconocida empresaria responsable de la carrera del salsero Alex Matos y presidenta de la empresa AJD Management LLC.

Sus inicios


Su primer contacto con una oficina artística fue a finales de los años 80 como chequeadora de Vílquez Mesa, empresa que representaba a Peter Cruz y Orquesta, donde comenzó su experiencia.

Tras la separación de los socios de la empresa, Geno Cruz, hermano de Peter, pasó a trabajar con la agrupación La Artillería y le ofreció un puesto de secretaria, oficio que asumió y compartía con los estudios.

Eran años de mucho movimiento en el ambiente merenguero, época donde surgían orquestas como la verdolaga y Díaz se destacaba por su buen desempeño y debido a esa fama recibió otra oferta de trabajo como secretaria en las oficinas de Aníbal Bravo, merenguero que entonces era manejado por Luisín Martí.

Mientras aprendía del negocio estudiaba Comunicación Social, carrera que no terminó debido a que en 1994 la familia se fue a residir a la ciudad de Nueva York, ciudad en la que se vio obligada a cambiar el escritorio por utensilios de limpieza.

“El primer trabajo fue en una empresa de limpieza propiedad de un tío mío”, recuerda y rememora las madrugadas en las que se arrodillaba para lustrar pisos, baños y paredes de entidades bancarias.

Un buen día se encontró con el joven empresario Rammy Reyes (Ramito) quien conociendo su experiencia en las oficinas artísticas de República Dominicana le ofreció que vendiera a su agrupación Los Homeboys.