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Las niñas muertas por deslizamiento de tierra dormían junto a su bisabuelo no vidente.

En la casa ubicada en el barrio El Túnel de Capotillo sólo quedan los escombros, pedazos de zinc y lodo que cayeron sobre la cama donde dormían Wilianny y Fabianny Robles, las niñas que murieron tras ser aplastadas por un deslizamiento de tierra. “Que dolor tan grande hay en mi alma”, grita desesperada la abuela de las niñas, Lucía Payano, quien dice entre llantos que eran como sus hijas pequeñas y que, además, vive con otra de las hermanitas de 2 años.

El deslizamiento ocurrió alrededor de las 3:00 de la madrugada cuando las niñas estaban durmiendo junto a su hermanita de cuatro años, que logró salir antes del derrumbe.
En esa misma habitación dormía su bisabuelo, que es ciego y se llama Genaro Payano, quien cuenta que solo escuchó el grito de sus nietas, pero que ya “no había remedio”.

La madre de las niñas, Fabia Robles, trabaja en Nagua y se enteró hoy de la terrible noticia. Mientras que el padre está preso en la cárcel de La Victoria

El dolor embarga a la familia y a los vecinos del sector, que se han reunido en el frente de la casa desconcertados por lo ocurrido.

Los vecinos se quejaron de que llamaron a al Sistema Nacional de Emergencia 911, pero que la unidad no quiso entrar a la calle donde está vivienda, por lo que tuvieron que subir los cuerpos cargados hasta la calle principal.
En Arroyo Hondo

José Alberto Félix, 5 años, que también falleció por un deslizamiento de tierra, era un niño “feliz y juguetón, aún en medio de la pobreza”, aseguró su tía Maribel Luis, quien vivía con el niño y los abuelos de él.

Luis explicó que alrededor de las 5:15 de la tarde de ayer una pared de una casa ubicada arriba de la habitación donde estaba el niño se derrumbó en el sector La Puya de Arroyo Hondo. Aseguró que la madre del niño, Nené Luis, vive en Yamasá. En el sector hay personal de la Defensa Civil, de Comedores Económicos y del Ministerio de Defensa.